M: Considerando que en los cuentos está la magia y la síntesis de muchísimos lugares. ¿Cómo percibes, ahora que has estado viajando tanto, el arte mexicano y tu obra en otros lugares?
J: Yo creo que mi trabajo antes de viajar no remitía tanto a México. Y últimamente que viajo mucho, lo extraño más y estoy hablando más de él. Porque también esa distancia me ha dado una nostalgia y una visión acerca de las cosas que cuando era niño que vivía en Tepoz y yo vivía todas esas cosas a flor de piel.
O sea, yo vi Nahuales, brujas, bolas de fuego, ovnis y vi un chingo de cosas; era la realidad en la que vivía, vivía ahí y era lo que pasaba; te lo platicaba la señora de enfrente y tus cuates. Cuando me alejo, empiezo a decir “ay que raro que yo veía eso, que loco” Y que ahora que soy más grande ya no veo muchas cosas y empiezas a pensar el porque. Luego, cuando me aleje todavía más, de repente veo y empiezo a valorar eso otra vez.
M: ¿Crees que el mundo y el arte está en crisis?
J: Yo creo que el arte nunca está en crisis. Puede estar en crisis el mundo, puede ser la Segunda Guerra Mundial y aún así se están haciendo cosas cabronas. El arte nunca está en crisis, al contrario, las crisis hacen que el arte reviva.
Por ejemplo, no creo que la Inteligencia Artificial va a matar al arte, la gente que tiene miedo a eso, siento que tienen miedo porque a lo mejor no entienden bien de qué se trata el arte. El arte hace su camino, es otra cosa. Como que está vivo siempre, en las crisis, en los momentos más tranquilos y en los momentos más locos. Entonces para mí y regresando un poco al viaje, me gusta mucho esta idea del viaje del héroe.
El viaje del héroe es el sol, como en síntesis, siempre es este ser, que en casi todas las culturas tiene que nacer cada día y cada día tiene que morir. Va al inframundo, pasa la oscuridad y al siguiente día regresa. Siempre muere, se renueva. Cada vez se muere y regresa otra vez.
Y el héroe siempre muere, siempre tiene que morir, siempre revive, siempre reencarna. Que es un poco lo que pasa con Cristo y con Hércules. Y creo que eso es muy bonito, como lo que dices, de ir a otro lugar, ver otras culturas y que de cierta manera como que te mueres un poquito. De que llegas y dices “Ay yo pensé que ese era mi mundo” y ahora veo más y como que te da esta cosa, se podrá decir como de humildad, de decir wey yo pensé que esto era todo y ahora veo que es parte de una cosa más grande y como que otra vez regresas.